miércoles, 29 de enero de 2014

La vitamina E puede disminuir las anomalías en hijos de diabéticas

Simposio Internacional de Bioquímica Perinatal

 

Diabetes en el embarazoDurante esta semana se está celebrando en la Fundación Ramón Areces, de Madrid, un Simposio Internacional sobre Bioquímica Perinatal en el que se van a presentar las investigaciones sobre los cambios moleculares que tienen lugar durante el desarrollo intrauterino. El catedrático Emilio Herrera, de la Universidad San Pablo-CEU, de Madrid, y coordinador del encuentro, ha destacado la importancia de la nutrición materna.

Durante la gestación se producen unos cambios hormonales y nutricionales que afectan al propio transporte placentario y al desarrollo intrauterino. Un ejemplo de esta situación es la diabetes que presentan muchas mujeres durante el embarazo, que se puede controlar mediante tratamientos con insulina y cambios nutricionales. Sin embargo, a pesar de ese control, "el porcentaje de malformaciones en los hijos de estas mujeres es superior al de la población normal, cuestión que aún está por clarificar", ha explicado a DM el catedrático Emilio Herrera, de la Universidad San Pablo-CEU, de Madrid, y coordinador del simposio sobre bioquímica perinatal.

El científico ha añadido que en la gestante diabética hay un incremento del estrés oxidativo, por lo que "el tratamiento con antioxidantes naturales, como la vitamina E, puede llevar a una reducción en la incidencia de malformaciones".

Medicina preventiva


Esta idea refuerza la importancia que los investigadores están otorgando a la nutrición durante el embarazo, puesto que "antes de llegar a una terapéutica intraútero, algo que ya se ha logrado en ciertas anomalías, debemos intentar desarrollar una medicina preventiva. De hecho, una adecuada nutrición materna puede llevar a una disminución de la patología perinatal". El catedrático ha sustentado su afirmación en que la deficiencia de ciertas vitaminas, como el ácido fólico, y antioxidantes conlleva crecimiento intrauterino retardado, malformaciones fetales y alteraciones en el neonato que pueden ser irreversibles.

Lo anterior avala la importancia crucial que tiene la placenta. Angeles Serrano, profesora de Bioquímica de la Universidad de Salamanca, ha destacado el papel de la placenta en el desarrollo fetal y cómo todos los sustratos de este órgano están implicados para que el feto se desarrolle normalmente. Además, "la placenta tiene un papel protector frente a determinadas sustancias nocivas, con lo que no llegan al feto".

Serrano ha detallado que la placenta ejerce la función de barrera mediante unas proteínas implicadas en la extrusión de sustancias nocivas. De estas proteínas, "las más importantes son las que también se encuentran muy expresadas en células tumorales (en las que confiere resistencia a drogas) y que desempeñan un papel protector".

La profesora ha subrayado que la placenta es un órgano que no sólo está encargado de proveer de nutrientes al feto, sino también de protegerlo frente a alteraciones en el metabolismo materno. "En muchas ocasiones, esos cambios en la madre no repercuten en el feto, salvo que sean muy drásticos, como sucede en la malnutrición proteíca que presentan las alcohólicas, heroinómanas o simplemente malnutridas, que llevan a sus hijos a un crecimiento intrauterino retardado o a una tendencia mayor a desarrollar ciertas enfermedades en la edad adulta, como las cardiovasculares o diabetes".

Acción selectiva


Herrera también ha insistido en las funciones de la placenta, que "no sólo ejerce una acción transportadora, sino también una labor seleccionadora, que impide que puedan llegar al feto sustancias que dañinas". Pero, además, "prepara al nuevo ser para afrontar los cambios que va a experimentar durante la etapa perinatal, de los que los primeros serán un estrés oxidativo y el cambio de temperatura corporal, para los que el feto se va adaptando durante la última fase del desarrollo intraútero".

Herrera ha reiterado que la placenta funciona de una manera muy precisa para seleccionar lo que le llega. Así, "hay sustancias importantes para el desarrollo fetal que no atraviesan la placenta, como los triglicéridos. Para aportar al feto los ácidos grasos esenciales procedentes de la madre, en la placenta se pone en marcha una maquinaria enzimática que hidroliza los triglicéridos, los resintetiza y hace que lleguen al feto en la calidad y cantidad que más le conviene".

A pesar del conocimiento que existe en torno a la placenta, los científicos han reconocido la existencia de puntos oscuros, como es que la madre no la rechace.

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